miércoles, 21 de abril de 2010

A MIS HUÉSPEDES:

¡ Hola!
Me llamo Tierra, tengo cuatro mil quinientos cuarenta millones de años y desde hace cien mil, hospedo en mí a una especie un tanto peculiar. Esta especie posee dos privilegios: la Razón y la Libertad. Sin embargo, no es eso lo que la hace peculiar, aunque debería.
Entonces, os preguntaréis: ¿ qué la hace peculiar? A todo aquel que haga dicha pregunta le contestaré: lo que la hace peculiar no son los avances científico- técnicos que han logrado, ni la maravillosa arquitectura que han conseguido, ni todos los conocimientos que puedan abarcar; sino todo lo contrario. Si por algo hay que caracterizarlos es por el egoísmo, la soberbia y la ignorancia que poseen, por las injusticias que llevan a cabo y por la mierda que echan.
Sí, son cochinos en la peor acepción que conlleva esa palabra; son egoístas y siempre quieren más, están insatisfechos muy a pesar de todo cuanto tienen o han logrado; son los defensores de la ignorancia y la irracionalidad, creyéndose así los mejores o que poseen el ruin derecho de tratar a todo aquel que no sea como ellos de la peor manera posible.
Ya no se acuerdan de que las plantas, los animales o los seres unicelulares están aquí antes que ellos, ya no se acuerdan de dónde provienen, ya no se acuerdan que yo los acogí, que estuve dispuesta a darles todo cuanto necesitaran, ya no se acuerdan de mí.
Me llamo Tierra y cada día que pasa me siento más débil. No sé si podré seguir, no sé cuánto tiempo podré contener a los océanos, a las masas de hielo, a mi compañero clima, a mi pobre amiga capa de ozono. No sé cuánto me queda, si todavía tengo voz para seguir gritando que estoy aquí muy a pesar de que no me vean, de que no me sientan, de que no recuerden que un día de estos será mi final.
Siento ganas de vomitar cada vez que talan mis árboles, cada vez que asesinan a mis pobres animales, cada vez que ensucian mis maravillosas aguas, cada vez que se desprecia al ser más diminuto, cada vez que se niegan ellos mismos la ayuda.
Ellos con su incesante manía de crecer, prosperar y poseer todo cuanto en mí hay, ellos con su estúpida sensación de dioses, con su ignorancia a cuestas, están haciendo que se extinga en mí todo atisbo de vida.
El pH de mis océanos cada vez está más ácido, el hielo de mi superficie cada vez está más derretido, la salinidad que hay en mis masas de agua cada vez está peor, los ecosistemas que intento mantener se están yendo al garete.
Animales muertos por esa subida de salinidad, por ese aumento de pH; plantas ahogadas por tanto CO2; paraísos quemados, arrasados por ese maldito grado centígrado más de temperatura; desaparición de humedales, aparición de desiertos; seres de esa misma especie sometidos a más pobreza, a más guerras debido a la escasez de recursos que se producirá; seres sin hogar porque el nivel del mar se lo tragará...
¿ Por qué no lucháis por mí? ¿ Por qué no queréis daros cuenta que en mí hay de todo para todos? ¿ Por qué no os deshacéis de la venda que os oprime e intentáis reducir todo lo que os empeñáis en aumentar? Basta de preocuparos por vuestra economía, por vuestra producción, por vuestro culo.
¿ No os dais cuenta que hay más seres vivos aparte de vosotros? ¿ No queréis vivir? Por favor, olvidaos de vosotros mismos y observar por un momento, por un condenado momento que a parte de vosotros hay en mí animales, plantas, humedales, ecosistemas, océanos, VIDA. Y todo ello precisa de vuestra ayuda AHORA. No seáis necios y luchad, gritad fuerte para que os oigan, para que se de cuenta todo aquel que os frena que estáis dispuestos a no dejarme morir, a no condenar a toda la vida que en mí mora.
Éste es mi llamamiento. Sencillo, fácil y para todos. Desde el más ínfimo ser al más complejo. En vuestras manos me encomiendo.
Simplemente os pido que utilicéis vuestra maravillosa razón por un solo momento. Organizaos y luchad.
Gracias.

…..............................................................................................................
Aportando mi más humilde y sincera opinión, creo que hemos llegado a estructurar nuestro cerebro de tal manera para que en él no haya cabida para una cosa tan evidente como es el hecho de que nosotros no somos los amos o los dioses de este planeta. No tenemos reparo alguno en aumentar el CO2 malgastando energía, aumentar la salinidad y el pH de los océanos, destruir ecosistemas para hacer x viviendas y así satisfacer nuestro sucio ego, contribuir al aumento del calor interno terrestre, enviar una sobrecarga de contaminantes a la atmósfera para provocar fenómenos tales como la lluvia ácida o el smog fotoquímico. Y luego tendremos la desfachatez de llorar, rogar a un dios cualquiera, echar la culpa a alguien que no seamos nosotros, claro, y todas esas acciones por las cuales somos caracterizados, por estar “sufriendo” ( y pongo sufriendo entre comillas porque realmente no somos las víctimas, sino los culpables de todo ello) todo lo descrito.
¿ Seremos tan sumamente imbéciles que no conseguiremos ser capaces de admitir todo ello?, ¿ llegaremos a ser tan necios que seguiremos tan pasivos como siempre y no lucharemos por este planeta que hace miles de años nos acogió sin dudarlo?, ¿ seguiremos apoyando la irracionalidad de manera que no seamos capaces de ver que más allá de nuestro ego, aquí en la Tierra, hay millones de plantas y animales, centenas de ecosistemas, decenas de mares que precisan nuestra ayuda ahora?, ¿ tendremos el valor suficiente para condenar a toda la vida que mora en este mundo? Son tantas las preguntas que me rondan, tantas dudas, tantas cosas que no llego a entender y que no sé si realmente quiero hacerlo...
En definitiva, creo que ya va siendo hora de que nos pongamos las pilas, de que trabajemos todos juntos, de que admitamos que a parte de nosotros hay más vida en este planeta, de que dejemos de empeñarnos en aumentar todo lo que deberíamos disminuir, de que nos afirmemos en que hay de todo para todos. Creo que ya va siendo hora de que nos dejemos de preocupar por nuestra economía, por nuestra producción, por nuestro santísimo culo y luchemos en pos de avanzar caminando, porque ya no sabemos qué es eso de avanzar. Creo que es necesario que abandonemos nuestro papel de virus y ocupemos el de vacuna.