domingo, 16 de mayo de 2010

TAUROMAQUIA: NI ARTE NI CULTURA.


"La tauromaquia es el terrible y banal arte de torturar y matar animales en público, según unas reglas. Traumatiza a los niños y a los adultos sensibles. Agrava el estado de los neurópatas atraídos por estos espectáculos. Desnaturaliza la relación entre el hombre y el animal. En ello, constituye un desafío mayor a la moral, la educación, la ciencia y la cultura. La cultura es todo aquello que contribuye a volver al ser humano más sensible, más inteligente y más civilizado. La crueldad que humilla y destruye por el dolor jamás se podrá considerar cultura".
Dictamen de la UNESCO sobre la tauromaquia en 1980.
El gran debate que hay sobre la mesa en lo que prácticamente llevamos de año, aunque siempre ha estado ahí y nadie quería dialogar de ello, es si la tauromaquia es arte y cultura o simplemente tortura.
Quiero, desde un principio, dejar mi postura clara, muy a pesar de que estará impresa a lo largo del texto. Sólo tengo diecisiete años, nunca he asistido a una corrida de toros propiamente dicha y nunca lo haré, pero, sin embargo, sí he visto esas estúpidas fiestas patronales en las que se tortura a, por ejemplo, una vaquilla. Soy antitaurina y lo contrario, a mi parecer, es totalmente irracional.
Ahora bien, ¿puede ser considerado el toreo arte y cultura? ¿Hay tortura pública hacia el animal como defienden las plataformas antitaurinas y los grupos que luchan por los derechos de los animales? ¿Prohibir la tauromaquia es promover la prohibición de la libertad?
Siempre nos presentan que en el ''arte'' del toreo el toro y el torero están en igualdad de condiciones, no obstante esto es totalmente falso, un mito. Veinticuatro horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el público de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir NO atacar.
Se le han recortado los cuernos para proteger al torero, le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas, le golpearon en los testículos y los riñones, le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió, se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto. Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden.
Pero aún hay más, pues, ya en la plaza, entre el picador, las banderillas, la espada de 80 cm y la puntilla de 10 cm se lleva a cabo el ASESINATO del animal. Las heridas provocadas al toro son profundas, en las cuales se destrozan: músculos como el trapecio, romboideo, espinoso y semiespinoso, serratos y transversos del cuello, el hígado, los pulmones, la pleura, diafragma, vasos sanguíneos y nervios. La gran arteria es aniquilada y el toro agoniza con grandes vómitos de sangre, en los que, la mayoría de las veces, muere ahogado. Esta función es rematada cuando con la dichosa puntilla se le secciona la médula espinal, a la altura de las vértebras atlas y axis, quedando así paralizado, sin poder siquiera realizar movimientos con los músculos respiratorios, es entonces cuando muere asfixiado.
Mas no solo el toro sufre, pues los caballos de los picadores, que son caballos sin ningún valor comercial puesto que mueren a las tres o cuatro corridas como mucho, sufren, como es normal, múltiples quebraduras de costillas o destripamientos. Se les coloca un peto para tan solo simular que se les protege, pero la auténtica finalidad es otra, impedir que el público vea las heridas del caballo o las ocasiones en las que se puede apreciar las vísceras. Realmente no sé para qué lo hacen, si total al público que va a ver los toros le encanta ver el sufrimiento animal, las heridas profundas, las vísceras... ¿Verdad?
¿Os parece coherente, de personas racionales todo esto? ¿Es esto verdaderamente arte o cultura? ¿Este espectáculo es demasiado cotidiano como para que nos demos cuenta de que en él se TORTURA, MARTIRIZA Y ASESINA a un animal, a un ser vivo?
Y ahora es cuando te dicen lo típico de que para que podamos vivir se ha de matar a los animales, de que peor es matar a un ser humano y todas esas gilipolleces. Sin embargo, todo ello es erróneo.
Primero, sólo se ha de matar a los animales por necesidad y NUNCA por diversión, que eso es lo que se hace en las corridas de toros. No es lo mismo matar a un cerdo en el matadero que a un toro en la plaza, delante de miles de individuos. Eso es pura y asquerosa diversión. Ningún animal tortura y mata de forma sistemática, masiva y deleitosa salvo el ser humano*.
Segundo, tanto el toro como el ser humano son animales y el simple hecho de que tengamos razón, aunque a veces lo dudo, no nos hace ni mejores ni superiores a cualquier otro ser vivo. De hecho, según demuestra la ciencia, y esto no se puede negar nunca, el ADN es único y universal, es decir, todos, absoluta e irremediablemente todos los seres vivos compartimos la misma secuencia de nucleótidos. Una de mis timinas está unida a una de mis adeninas en el mismo lugar en el que están unidas esa misma timina y adenina en ti querido lector, en tu madre, en Obama, en un piojo y en un toro. La información que en esa unión de nucleótidos haya es otra cosa y de la más ínfima. Por lo que, matar a un toro es igual o peor que matar a un ser humano
Y tercero, pero no por ello menos importante, al prohibir los toros no se privatizaría la libertad ni de los toreros ni de todos aquellos que apoyan esto. Pero, ¿ por qué? Por la sencilla razón de que la libertad, que es el hecho de elegir constantemente, pero sin que dichas elecciones, decisiones, actos y sus respectivas consecuencias recaigan o perjudiquen a nadie, es en última instancia actuar bien, obrar de manera adecuada, de manera ética y moral. Mientras que uno de nuestros actos afecte directa o indirectamente a un ser vivo, mientras que la causa que nos lleve a la realización de ese acto sea el deleite y mientras que la consecuencia sea la muerte evitable de un animal; mientras todo ello ocurra, no estamos obrando de manera ética, moral y, por tanto, NO ESTAMOS OBRANDO EN LIBERTAD.
Desde aquí, sólo me resta decir que sí, la tauromaquia atrae el turismo y sí, muchas personas perderían su trabajo, desde ganaderos hasta sastres. Pero, esto no es justificación alguna pues se trata de la vida de un ser vivo y ningún acto de esta calaña puede tener justificación. Lo del turismo se puede arreglar y lo de los trabajos, también. Os preguntaréis cómo, evidentemente. La respuesta es: destinan entorno a más de quinientos millones de euros para el mantenimiento de esta barbarie, pues esa cantidad podría tener otra finalidad como mejorar la educación, asegurar el futuro a trabajadores, crear nuevos puestos de trabajo... No todo está perdido, no es el fin del mundo, a parte de los toros hay otro tipo de cosas que sí se pueden considerar arte y cultura y no tortura.
Lo importante es no confundir la tortura con la cultura y el arte, lo importante es obrar en libertad, es utilizar bien nuestra razón y mejorar no solo nuestra vida, sino también la de los demás seres vivos, es transmitir unos valores morales y éticos que no atenten contra la vida de nadie, es fomentar el respeto hacia la vida de aquellos seres que no pueden decir “no me claves esa espada”.
No se trata de mantener un ridículo símbolo, ni de decir “ole” y dar palmas, ni de llevarme cuatro orejas y dos rabos y ya con eso he salvado el mundo. No, no se trata de eso. No se trata de nuestra economía, de nuestros beneficios, de satisfacer nuestro ego, de reforzar nuestro reconocimiento social. Se trata de salvaguardar la vida de un ser vivo, un ser vivo que comparte el cien por cien de su ADN con nosotros, un ser vivo que come, se relaciona y se reproduce como nosotros, un ser vivo que siente, un ser vivo que en lo referente al instinto en nada se diferencia de nosotros.
Paremos todo derramamiento de sangre que suponga la pérdida de una vida animal por la sencilla razón de satisfacer nuestro condenado y sucio ego. Que el día de mañana ese animal pueda ver los rayos del sol, depende enteramente de nosotros.
Unámonos y luchemos por salvar la vida de un animal; unámonos y luchemos para que impere no la codicia ni la insensatez, sino la razón; unámonos y luchemos por un mundo en el que ningún ser vivo esté por encima de otro ser vivo; unámonos y luchemos por aquellos seres que nos vieron nacer; unámonos y luchemos por los sin voz; unámonos y luchemos por él.



*He de decir que, contrariamente a lo que yo creía y a lo que la opinión pública cree, matar a un cerdo en un matadero es lo mismo que matar a un toro en una plaza debido a que ambos son seres sintientes que sufren de igual modo que nosotros los humanos. Además, no es necesario comer carne para sobrevivir, aunque eso es un asunto que trataré más adelante. Aquel que no pueda ver esto es, a parte de especista, un psicópata producto del gran negocio de la carne.